
A menudo se encontraban artículos sobrantes del cruce de migrantes sobre la frontera de los Estados Unidos: zapatos, calcetines, mochilas, botellas de agua, y a veces hasta huesos humanos. Aquél día, un estudiante llamó al profesor y cuando éste se apresuró, vio lo que parecía ser el cadáver de una mujer acostado boca abajo en la tierra con pelo largo y negro.